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Contractura en las cervicales: significado emocional

Contractura en las cervicales: significado emocional | Luladu

La columna cervical está formada por cada una de las siete vértebras que conforman el eje de sustentación del cuello y la cabeza, la fascia cervical es la  estructura conectiva que rodea los músculos, vasos y órganos cervicales, los músculos pertenecientes a esta zona como el esternocleidomastoideo, el trapecio, etc. y los nervios que la recorren.

En biodescodificación, esta zona del cuerpo es muy importante. Simboliza el encuentro entre las exigencias del mundo exterior y nuestra capacidad para afrontarlas, suele estar implicada en diversos bloqueos energéticos.

El valor simbólico del tracto cervical reside en que es un verdadero «cruce» entre la cabeza y el resto del cuerpo. De hecho, nos hace pensar en la idea que nace dentro de la cabeza y se encuentra con el deseo de actuar, del que deriva su realización o nuestra incapacidad para ponerla en práctica.

La columna cervical también hace referencia a la capacidad de mirar hacia un determinado objetivo, de tener en cuenta los diferentes matices de una determinada situación; de ser capaz de decir no, o de adaptarse y doblar la espalda; el miedo a que nos pase algo entre la cabeza y el cuello (la famosa «espada de Damocles»).

La idea, nacida del cerebro, desciende a lo largo del cuello (la nuca) donde se encuentra con la energía del tórax (el aliento vital). La idea y el deseo se combinan en la nuca, antes de exteriorizarse a través de los hombros y materializarse en la acción a través de los brazos y las manos.

Los deseos y la voluntad están a punto de emerger: la nuca es el lugar donde el concepto generado por el cerebro comienza, es decir, a proyectarse hacia el mundo: la nuca es la emergencia de una idea que intenta materializarse. El dolor en la nuca expresa nuestros bloqueos, las dificultades que tenemos para realizar un deseo, que se ve obstaculizado por la oposición y los problemas.

Dolor en el hombro

Lo mismo puede decirse del dolor en el hombro, con una pequeña diferencia: el dolor en la nuca habla de que vivimos la situación de conflicto como si fuera fruto de nuestra incapacidad, es decir, tenemos la impresión de no poder hacer algo por nuestra ineptitud; si por el contrario, el dolor se localiza en el hombro, habla de una falta de apoyo, de habernos topado con un obstáculo externo: no nos sentimos suficientemente apoyados por quienes nos rodean.

Dolor en el cuello

El cuello y la nuca representan ciertamente el paso de las ideas, pero también la capacidad de adaptación o de mostrar humildad (doblando la espalda). La tortícolis podría sugerir un rechazo a afrontar una situación determinada, por un rechazo a considerar todos los aspectos de una situación.

Con una tortícolis no se puede decir que no (es decir, no se puede hacer el gesto de girar la cabeza a la derecha o a la izquierda), y dependiendo del lado afectado, la tortícolis se referirá a la dificultad de mirar…

Otra imagen que me viene a la mente con respecto a la nuca es la de la espada de Damocles, como un miedo que pende en el aire, el miedo a que pase algo entre la cabeza y el cuello. Muchas personas mantienen la parte posterior de la cabeza metida entre los hombros, con los trapecios contraídos, como si la famosa baldosa fuera a golpearles de verdad y sintieran que tienen que arquear la espalda. Claudia Rainvinne pregunta a sus pacientes: «¿Qué es lo que le hace sentirse inseguro?

Trapecio

Los músculos trapecios, situados entre la nuca y los hombros, unen el deseo (la nuca) y su exteriorización (el hombro). El dolor de los músculos trapecios puede traducir el miedo a exteriorizar nuestros deseos, por temor a la reacción de los demás, de modo que acabamos cargando con nuestra propia cruz. Este bloque describe el miedo a vivir como nos gustaría, la dificultad para comunicar nuestras necesidades a los demás por miedo a sus reacciones, lo que se traduce en un mal reparto de tareas, y en una vida que se pasa haciendo frente a todo, esperando la famosa baldosa.

Estas contracturas cervicales son responsables de una serie de molestias adicionales, como mareos, dolores de cabeza y, más raramente, sinusitis. Es un error subestimar el papel del cuello en la génesis de estos trastornos.

Las contracturas cervicales simbolizan básicamente una especie de bloqueo entre la planificación y la acción, y a veces pueden manifestarse como un dolor agudo cuando la acción es demasiado pesada para llevarla a cabo, es decir, cuando se convierte en una carga.

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